Hay momentos en la vida en los que, sin saber por qué, nos sentimos alejadas de nosotras mismas. Como si la luz interna titilara con menos fuerza, como si el gozo se nos escapara entre los dedos. Yo he estado ahí.
Recuerdo una etapa en la que, a pesar de que todo parecía estar bien por fuera, algo dentro de mí se sentía opaco. Lo que me ayudó a salir de ese estado no fue una gran revelación, sino una serie de pequeñas decisiones: apagar el ruido externo, poner atención a cómo me hablaba, y sobre todo, aprender a sostener mis límites desde un lugar amoroso. No como un muro, sino como una piel sagrada.
Desde entonces, he comenzado a comprender que el magnetismo no tiene que ver con hacer más, sino con ser más conscientes. Hay una vibración muy sutil que se activa cuando somos coherentes entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.
Y es que todo en la vida es frecuencia. Lo que creemos, lo que sentimos, lo que evitamos también. A veces basta con afinar el oído interior para darnos cuenta de que llevamos días resonando con miedo, o con carencia, o con exigencia. Y la vida, sabia y exacta, responde a esa frecuencia como un eco.
Carl Jung lo dijo con precisión: "Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida y tú le llamarás destino."
En uno de mis días más inciertos, decidí quedarme en silencio y observar. Empecé a notar patrones, gestos, reacciones. Y con el tiempo, pude distinguir mi verdadero centro. Ahí, en ese lugar sereno, volví a encontrarme.
Desde ese espacio también he sentido la belleza de compartir en comunidad, de abrir espacios donde el cuerpo pueda relajarse, donde la energía se regule y donde la palabra circule con respeto. Hay algo casi alquímico que sucede cuando muchas mujeres nos reunimos con intención y presencia.
Y también, desde la escucha del cuerpo, he aprendido que los límites son medicina. Que no todo lo que brilla es para nosotras, y que saber decir "no" desde el corazón es un acto de poder suave. Porque cuando nos habitamos con amor, todo en nuestra vida comienza a ordenarse.
Hoy, al escribir estas líneas, me siento profundamente agradecida por los caminos que me han llevado a este entendimiento. Caminos hechos de rituales simples, de preguntas honestas, de cristales que acompañan, de lecturas que abren portales.
Te dejo algunas preguntas para tu reflexión:
¿Con qué frecuencia estás resonando estos días?
¿Qué patrones se repiten en tu vida y podrían estar guiados por tu inconsciente?
¿Cómo se sienten tus límites? ¿Te habitan o los evades?
¿Qué necesitarías para vivirte con más presencia y menos esfuerzo?
Porque al final del día, el magnetismo real no se grita, se siente. Y nace del trabajo sutil, cotidiano y amoroso de habitar nuestro cuerpo, observar nuestra mente y resonar con nuestra alma.
…es porque algo dentro de ti ya está resonando.
Te comparto esto porque lo he vivido. Porque he caminado estos procesos, los he encarnado, y hoy tengo la alegría de poder acompañarte en ellos.
Si sientes que llegó tu momento de entrar en esa frecuencia más alta, más sutil y más verdadera…
💗 Te invito a que explores estos espacios que hemos creado con intención y amor:
🌞 Lounge: Un Viaje a tu Esencia
Un espacio para volver a ti, regular tu sistema nervioso, activar tu matriz energética y sembrar desde el cuerpo y el alma.
📍 Será presencial, el 26 de julio, en Amatlán
🔮 Análisis de Resonancia con Healy
para comprender, armonizar y reprogramar desde tu campo cuántico.
🌿 Sana de Raíz con Obsidiana
para liberar lo que ya no te habita y abrir espacio a lo esencial.
Haz una pausa…
Lee tu cuerpo…
Y si algo te llama, escríbeme. Me encantará acompañarte 🌺
Ana Gabriela Robles
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