¿Qué es la sabiduría femenina?

Un camino de vuelta al cuerpo, al alma y al linaje.

La sabiduría femenina no se enseña, se recuerda.

No es un concepto intelectual ni una moda espiritual. Es un llamado ancestral que se activa en lo más profundo de nuestro útero, nuestra piel, nuestra intuición. Es una voz que ha estado silenciada por generaciones y que hoy comienza a despertar con fuerza, verdad y dulzura.

La sabiduría femenina es la memoria que vive en ti: en tus ciclos, en tus emociones, en tu forma de sentir, de cuidar, de crear.

Es la que susurra cuando estás menstruando y te invita a descansar.

La que grita cuando has dado demasiado y te pide volver a ti.

La que canta cuando bailas sin juicio, ríes con otras mujeres o haces el amor con presencia.

🌿 Es un río sagrado que atraviesa tu cuerpo
🌙 Es la luna que vive en tu útero
🔥 Es el fuego suave de tu intuición
🌀 Es el espiral que te recuerda que no necesitas ser lineal para ser poderosa

¿Por qué reconectar con esta sabiduría?

Porque hemos sido separadas de ella.
Nos enseñaron a desconfiar de nuestro cuerpo, a ignorar nuestra intuición, a temer nuestras emociones, a competir entre mujeres.

Y al hacerlo, desconectamos de nuestra fuente de poder más profunda.

La sabiduría femenina no se trata de aprender algo nuevo.

Se trata de volver a casa.

Volver al cuerpo como templo.
Al útero como altar.
A la intuición como brújula.
A la ternura como fuerza.

¿Cómo puedes activarla?

• Honrando tus ciclos menstruales como portales sagrados

• Escuchando tu cuerpo y respetando sus ritmos

• Participando en círculos de mujeres y espacios de palabra

• Conectando con prácticas ancestrales como la obsidiana, el jade o la herbolaria

• Reescribiendo tu relación con el linaje femenino: madre, abuelas, ancestras

• Nombrando tus emociones y dando lugar a tu verdad interna

La sabiduría femenina no tiene una sola forma.

Es diversa, cambiante, misteriosa.

Y en cada mujer se expresa de un modo único.

Lo que sí tiene en común es esto:

Cuando una mujer recuerda quién es… el mundo entero comienza a sanar.

Gracias por estar aquí.

Gracias por querer recordar.

Con amor y presencia,
Ana Gabriela Robles
www.mujeridad.com